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"A través de la escritura me relaciono con todo." Marcela Ramírez





jueves, 31 de marzo de 2011

white light / dark hit | rainer serramelera

Me encontré repentinamente situado (o al menos así lo recuerdo) frente a un boliche cuyo ambiente seguramente me resultó atrayente o al menos logró atraer mi curiosidad. Pude franquear la entrada sin ninguna vacilación y sin sentirme siquiera un poco intimidado (cuando en la vida real me sucedería todo lo contrario) la gente dentro, si bien eran preponderantemente darks o emos, generaba un ambiente muy heterogéneo y distendido. No puedo evitar mencionar que había varias chicas vestidas de negro (algo bastante habitual en mis últimos sueños) creo que está de más decir que eran muy lindas, tan lindas como interesantes o bien su atuendo decía que al menos pretendían serlo… El lugar parecía haber sido un cine en otros tiempos. Yo permanecía en la antesala o hall donde recuerdo que predominaba el color amarillo limón (un color un tanto shocking) ciertas reminiscencias sixties todo muy nice… nice to meet you me susurra alguien desde atrás “ah, yo te conozco de Casa Encantada”, me dice mostrando su agrado por encontrar a alguien conocido o al menos yo creía que era sólo eso… pero inmediatamente sentí que me apoyaba mientras me abrazaba con algo como afecto mientras me decía algunas otras cosas que me incomodaban mucho y por un momento sentí temor ante su insistencia (creo que llegó a decir algo como “acá está lleno de emos” con una mueca que demostraba desprecio) e insinuó con su mirada o directamente lo dijo (no recuerdo) que buscásemos un lugar un poco más apartado, sólo para nosotros. Todo esto mientras yo ya había pasado de la sorpresa al temor y finalmente a la resuelta decisión de escapar como sea de aquella situación. Para mi alivio al fin pude apartarme del molesto sujeto. Por un momento todo se tornó nebuloso… supuestamente había tres pistas de baile pero yo permanecí todo el tiempo en ese mismo sector (el antiguo vestíbulo del cine) o apenas echando un vistazo a la pista principal sintiéndome lo suficientemente cómodo en mi estrambótico atuendo, rodeado de gente que probablemente sentía algo parecido… Ahí estábamos todos estos seres deambulando entre esos negros biombos colocados sobre el suelo de manera desfasada lo que permitía y propiciaba el encuentro pero también daba lugar a otra cosa en el juego de luces y sombras. Todo esto magnificado por los biombos cobrando presencia la tangible voluptuosidad así como la lúdica sensación de dejarse llevar por los estímulos… atrápame y escápate, ese era el juego… sedas, brocados y encajes la noche era larga y fría y todos nos parecíamos de alguna manera a aquellos personajes de la Máscara de la muerte roja, el atemporal juego de la vida, al fin y al cabo, aunque en pequeña escala como en una gran caja de zapatos. Biombos cortinas máscaras máscaras y cortinas lo suficiente para que nuestros egos frecuentes fuegos fatuos resplandecieran por un rato por un rato porque repentinamente todo cambia… adiós penumbra, adiós percibir la presencia del otro ora por un descuidado roce, ora por su perfume.  
Todo se hizo luz.  
Una molesta luz que me hacía demasiado visible. En la semiinvisibilidad de la penumbra me siento más a salvo. Había un par de mesas largas en las cuales estaban sentados cuatro hombres de uniforme militar que nos habían ordenado formarnos de espaldas a los biombos, que se dirigían a algunos de nosotros aparentemente al azar… No recuerdo con exactitud cuáles eran las preguntas que conformaban el interrogatorio pero seguramente eran algo impertinentes… Yo tenía la cabeza gacha, avergonzado sin motivo alguno lo que me molestaba mucho de hecho todo el tiempo dudaba entre mantener una actitud sumisa o rebelde contra algo que yo y, seguramente, todos los demás considerábamos ridículo y fuera de lugar… En ese momento una chica un tanto hippona (que yo habría mirado con desdén unos minutos antes) comenzó a incitar el ambiente diciendo cosas que no recuerdo con exactitud pero que representaban seguramente el sentimiento de todos nosotros, ahí estaba agitando enérgicamente sus brazos y ensayando un cantito antimilitarista. En realidad no estoy seguro de poder definirme como alguien temeroso o más bien como alguien que no ofrece una resistencia lo suficientemente firme y finalmente se deja ganar por el temor. Sea como fuere esto me paralizaba y me impedía unirme a esta chica en su protesta y los segundos y minutos pasaron… Nadie se animaba a preguntar concretamente y con autoridad de qué se trataba todo aquello, especialmente yo que era uno de los principales interesados en saberlo, era yo el que estaba intranquilo, yo el que temblaba y sudaba y, como mantenía casi todo el tiempo la cabeza gacha, ni siquiera se me ocurría buscar una respuesta o algo parecido en la mirada de alguno o algunos de los otros concurrentes.

domingo, 27 de marzo de 2011

no esperes... | isabel romero

                      
Da amor a quien lo necesite
pero no esperes recompensa por ello
porque tu recompensa la tendrás
en un bello jardín llamado cielo.

                     ♥♥♥

jueves, 24 de marzo de 2011

malambo | esmeralda morales


Sé zapatear el malambo
vestida de bretches negros y un sombrero
negro
y un cinturón blanco
ciñéndome el talle.

Me desahogaría el corazón
rojo
con sangre roja
o azul como las princesas
aunque no llegaría a tanto
soy silvestre
como la llanura
como el pasto
como los pajaritos
silvestres…
aplausos y amor
y felicidad para los que me vean bailar
para sentirme feliz junto a ellos.

(Se me llenó el corazón de alegría)







miércoles, 16 de marzo de 2011

ojitos traicioneros | isabel romero


Verdes como un gato montés
de un lado para el otro
me miras

La belleza de tus ojos
me estremece.

Ojitos traicioneros.


lunes, 7 de marzo de 2011

el pulmón electrónico | aníbal brizuela

Los muertos viven conectados a un pulmón electrónico (cuando una persona muere, la reviven con el pulmón electrónico) que queda conectado en el sanatorio, en el policlínico o en el hospital.
Me dijo la médium, Élida Garré, francesa, “me vas a hacer caer”. Iba en bicicleta.
Yo tengo miedo del perro del pabellón 6. Un perro blanco. Venía caminando para acá y lo miré y me gritaron “cuidado que es un lobo” y yo me pregunto cómo llegó hasta ahí el lobo ese. No sé quién lo habrá traído. Me quedé pensando: licantropía, genocidio, la mutación y la hidrofobia producida por el lobo. Entonces es cuando se produce la licantropía.
Karen Anne Kilaum.
La madre fue a adoptar un hijo, entonces la monja de la capilla se lo trajo envuelto en pañales y la monja le dijo: “Tiene un don de Dios” y se fue criando con ellos. Con qué la habrán intoxicado a Karen Anne Kilaum. Cayó en estado de coma. s la catalepsia. Se mantiene despierta o se mantiene en estado cataléptico.
Esta médium me dijo: “te vamos a curar”. yo le pregunté porqué. Me respondió: “Estás comiendo. Tené cuidado porque no la tenés con el hombre”.
Me quedé pensando: “¿Seré hermano mellizo de mi hermano?” Nacen gemelos, por ahí nace un varón y una mujer mellizos.
Yo quiero pasar por el pabellón 6 pero cuidado con ese perro. yo lo vi al enfermo ese que es bizco, Colaudio, vino sangrando. Tenía un agujero en la pierna. dijo que lo había mordido un perro. Pero no sé si fue ese perro.
Yo andaba caminando, trayendo los papeles y por ahí se me da por mirarlo y escucho que el perro dice: “Uh, carne”, estornudó y yo lo sentí, dijo “Uh, uh, carne”. Andaban los caballos, las potranquitas. Y me gritaron: “Cuidado que es un lobo”.

Control sobre el cuerpo, espiritismo.

Una reunión en una habitación vacía, una mesa y siete sillas, se agarran de las manos, cierran los ojos y se concentran en los espíritus.
Me quedé pensando, ¿vacunar?. cuidado los perros, si los llegan a morder se concentra el control sobre el cuerpo este. Licantropía.
Necesito papel para escribir pero no quiero pasar por ahí por ese perro.
Licantropía, los hombres lobo. La mordedura, la mutación de un animal. Me dice la médium: “¿Qué es lo que ves?” Yo le respondo y se asombra.
“Elizabeth Taylor, Sofía Loren, Darío Vittori, Frank Sinatra, el médico cirujano Norbuchi”. Me pregunta qué etoy mirando y le digo “Marilyn Monroe”.
Yo estaba haciendo leña con la carretilla y estaba mirando la televisión con un enfermo. Observaba. Pillín Minglorati estaba sentado afuera de la guardia en una silla y se daba cuenta de que yo lo estaba mirando y me dijo: “¿Qué estás mirando? ¿Qué ves?” “Lo veo a Carlos Gardel” le respondo. Después no sentí más nada.




viernes, 4 de marzo de 2011

machaguay | correspondencia amorosa


Oliveros, 27 de agosto de 2009
Querida Chicha:

                        Te quiero mucho y no te puedo encontrar. ¿Dónde será tu refugio que me hacés gastar tanta plata?
Si podés, hacéte ver para que me salga el quebranto de la mente.
Te espero en el club Marcelino Ugarte a las 8, a más tardar 24 minutos más. Te espero con un buen carpincho para que sea más grande nuestra generación.
Chau, chau, chau,

Federico Luppi

PD: te mando una foto mía...