.

"A través de la escritura me relaciono con todo." Marcela Ramírez





miércoles, 31 de agosto de 2011

realidad | en recuerdo de adriana grasso


Viví que estaba soñando;
esto es, viví los sueños.
Sentí que estaba viviendo
como heroína con dueño.

En el sueño era una esclava,
de un señor rey favorita,
leal a mi patria grande
de mi América bonita.

Luego vino el desengaño
de este rey cual presidente;
se me volaron los años,
encanecida al presente.

Pero lo más cruel de todo
no ha sido este ser infiel:
que despertar no he sabido
impelida por Aquél (dícese del Diablo).

Me anudó hasta el pensamiento
oscurecido después,
me enseño qué es sentir miedo,
no fue juego mi ajedrez.

Mas llegó el día indicado,
el límite presentó:
como por arte de magia,
todo el sueño se acabó.

Los tengo por fantasía
y le llaman delirar;
nunca tendré certidumbre
si era sueño este soñar.

La intriga me está quedando
porque sé versificar,
mas Lucifer me ha ganado
con su modo de versear.

Sus maneras son de teatro
y abre diálogo al sentir,
no es romance lo que cuenta,
es su modo de vivir.

Vivir deseando lo ajeno,
un pedir, solicitar,
exigiendo lo que es bueno,
su modo de dialogar.

Haré que viví un gran sueño,
ésa es mi realidad;
lo cruel es sentir pensando
que he perdido el mundo real.

Al cuerno con este Diablo
que me ha hecho delirar,
mi mundo era bien bonito,
al diablo hay que desterrar.

Ahora ya se hace tarde,
emblanquecida mi sien,
le digo adiós a estos sueños
para vivir por mi bien. (No por el de la Patria)



jueves, 25 de agosto de 2011

caramelos de miel | marcela ramírez



En el fondo de mi casa había un colmenar. Allí vivía la abeja reina junto a su hija a la que amaba mucho. Se la pasaban haciéndose cariños y, por cada abrazo que se daban, se formaba un caramelo de miel.
Las obreras empaquetaban los caramelos.
Un día, la abeja reina salió del colmenar, dio un paseo entre las flores (había rosas, madreselvas, campanillas) y conoció a un zángano. Él le recitó unos poemas de amor y le propuso boda. Ella aceptó.
En el colmenar hubo fiesta. Una semana de fiesta.
Estaban las obreras que se la pasaban abrazándose, formando caramelos de miel. Había invitados de otros colmenares.
El palacio estaba adornado de color dorado. La reina lucía un vestido muy largo y tenía guantes que le cubrían los brazos. Llevaba tacones altos. La princesita estaba vestida de color plateado. El zángano llevaba frac y una galera muy elegante. Se escuchaba música clásica, se sirvieron caramelos de miel y bailaron todas las noches. Había DJ y bola de espejos.
En el momento del brindis, los novios bailaron el vals. La novia tiró el ramo de rosas amarillas y las abejas se peleaban por él. Finalmente, lo agarró la abeja reina de otra colmena que estaba soltera.
La torta era gigantesca. Tenía duraznos, frutillas, crema y mucha miel, estaba bañada de miel. Tenía cintas con dijes y sólo una, un anillo. Luego del brindis llegó la torta. Todas las invitadas solteras esperaban sacar el anillito. Lo sacó la princesita que era pequeña pero tenía a sus amiguitos en la fiesta. Los novios cortaron la torta. Luego, cambiaron la música a pedido de la princesa. Se escucharon los Jonas Brothers, Alexander Achaboy, Michael Jackson y Madonna. Los más jóvenes se pusieron a bailar y estaban muy felices. Las abejas obreras habían preparado exprimido de rosas que es riquísimo. Todos bebían.
En medio de la fiesta, las abejas, sintieron que las desgarraban. El colmenar era destrozado. Era un pequeño osito que venía a comer miel. Las que podían salieron volando. En enjambre fueron a picar al oso, pero éste no se dio por aludido y siguió comiendo miel.
A todo esto, como el colmenar quedó destruido, tuvieron que construir otro. Los invitados ayudaron en la empresa y pronto pudieron vivir felices y contentos gracias a la ayuda de sus amistades.
La abeja reina y el zángano se abrazaron formando caramelos y estaban felices por estar vivos, muchas abejas habían muerto en las garras del osito.