¿Qué representa el escribir para ustedes?
Marcela Ramírez: Yo me pierdo en la imaginación para ser feliz. Soy feliz escribiendo, fantaseando. Soy feliz imaginando cosas fuera de lo común.
Víctor Zapata: Yo trato de edificar algo literario para cosechar. Es como una siembra. Lo que escribo es como una semilla. Cuando germina, cuando está terminada la obra, yo recojo los frutos. Cosecho la realización de la obra. Y ahí empiezan los frutos de estación.
Ramón Garay: la escritura es un mundo lleno de palabras donde chocan la letra con el verso y se forma aquello que uno no puede hablar con alguien, que uno no entiende, que no es un gusto sino algo más que lo que uno dice en palabras.
M. R.: El taller de escritura.
R. G.: Acá, en el taller de escritura o si no también en el área cultural.
V. Z. La tarea de sembrar requiere un esfuerzo. Entonces si yo quiero escribir algo, debo imponérmelo yo. Escribir no es una alegría, la alegría aparece cuando uno termina la obra. Yo prefiero escribir en soledad, donde nadie me interrumpa.
¿En qué momento escriben?
V. Z.: Escribo en el momento en que yo me lo impongo. Cualquiera puede ser el momento, no tengo preferencias. El único momento en que no escribo es por la noche. La noche está hecha para dormir.
R. G.: Prefiero escribir por las mañanas porque hay mayor lucidez. Despertás y escribís más claramente.
M. R.: Cuando estoy inspirada. La mañana, la tarde, la noche también es buena. Cualquier momento del día es bueno. Lo único que hace falta es estar inspirado.
V. Z.: Es como un don que uno tiene. Una palabra trae la otra y así se va largando. Pero a la inspiración hay que ayudarla. Leyendo mucho, por ejemplo.
La inspiración es como un llamado. Hay que darle rienda suelta y empieza a aparecer la obra. Está el tema pero hay que desarrollarlo.
M. R.: La inspiración se da cuando uno tiene una idea terminada sobre lo que va a escribir.
R. G.: la inspiración es la musa…
¿Qué cosas o situaciones los inspiran?
M. R.: El amor, pienso que inspira. El amor a diversas cosas. A mi hija, A Dios, a los seres de la naturaleza.
V. Z.: A mí me inspira mi propia experiencia. Mi experiencia personal. Para “El Caminante” m inspiré en mi propia experiencia en las rutas.
¿Cómo perciben que una obra está terminada?
M. R.: Siento que la obra está terminada cuando llega el desenlace final. Siempre trato de que sea un desenlace feliz para el lector. Deseo que lo que creo deje una sensación agradable. Dentro de mi ficción tengo mi corazoncito. Cada vez que escribo, soy muy feliz.
V. Z.: Para mí una obra está terminada cuando se tocó fondo, cuando ya no se puede más. Agregarle más, sería cambiar de tema.
¿Y qué temas les interesan?
M. R.: Me interesa lo ficticio. Cuestiones que tengan que ver con lo sublime. Me interesan los temas infantiles. Tengo una hija y yo también fui una niña y creí en esas cosas. Creo en lo que escribo; para mí todo lo que escribo existe, sólo que al escribir, fantaseo al respecto. Siempre pienso en alguien para el que escribo. Siempre escribo para mi hija.
V. Z.: Me interesa todo aquello que me ha dejado una experiencia. Los sueños, por ejemplo. Generalmente, en las biografías lo que busco es escribir sobre aquéllos que se destacaron en su quehacer.
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