Rubén es un participante sui generis del taller.
Uno se topa con sus textos que va dejando como marcas, suerte de huellas que delimitan una especie de cartografía de su desplazamiento y su deseo.
Siempre ligada al presente, su escritura toma formatos muy variados y aparece en los soportes menos convencionales: el revés de una marquilla de cigarrillos, el espacio en blanco de algún prospecto, las hojas secas de los árboles, el pizarrón del taller, los muros del hospital.
Hoy tomó mates y comió chocolinas y como suele hacerlo, dejó su testimonio.
Excelente con el mate: parece escrito con una chocolina!
ResponderEliminarSaludos!
gracias, fernando!
ResponderEliminarnos vemos pronto.
abrazo!
muy bueno! ...la huella de la chocolina ;)
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