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"A través de la escritura me relaciono con todo." Marcela Ramírez





viernes, 5 de junio de 2020

Beatriz Vignoli | Palabra mirada


Sueño del 29 al 30 de mayo de 2020. 

Tengo billetes de libras con varias denominaciones. Forman un montón muy colorido y agradable. Mi favorito es uno de diez libras, lila con un dibujo central de una especie de monito o payaso color azafrán y naranja. Tengo dos y uno de ellos está medio apelmazado, ya que al ser papel de buena calidad con mucho algodón al gastarse se ha vuelto suave, esponjoso y deshilachado, medio peludito, manteniendo su consistencia y valor. Estoy sentada a la misma mesa (lustrada, oval, de buena calidad, en una especie de bar u oficina en penumbras decorada en un estilo distinguido o que pretende serlo) con un argentino cincuentón y enflaquecido que me muestra un objeto precioso. No recuerdo si era un instrumento musical o algún tipo de herramienta de corte. Consiste en buena madera muy finamente trabajada y partes de excelente metal. El lo quiere mucho pero tiene que devolverlo. Le pregunto cuanto debería pagar para comprarlo y conservarlo. Me dice que ochocientos cincuenta pesos. Le doy entonces mi billete, el que era mi favorito. Lo lamento un poco pero no mucho. Me despierto en el interior de otro sueño donde recapitulo y narro lo soñado. Calculo que hice bien las cuentas en el sueño, ya que según la cotización de la libra lo que le di equivale a ochocientos cincuenta pesos, de modo que mi coetáneo pudo conservar su objeto.




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